jueves, 10 de abril de 2014

La experiencia de una cámara o de un micrófono.

Ponerte por primera vez delante de una cámara no iba a ser nada fácil. Y así lo expermienté. Los nervios de los focos, de la primera vez y del miedo, lograron que no saliese del todo bien. ¿El qué? Mi primera locución delante de una cámara (y de un micro, hablando de la radio).

Primero hace unas semanas (o un par de meses), me puse con mis cascos delante de un micrófono y narré una noticia de Sierra Nevada. Los nervios por saber cómo se oía mi voz, o cómo sería la reacción de los oyentes, me puso nervioso. Pero la segunda vez ya fue todo más suave, más rápido y con menos nervios. Así llegué a sentirme a gusto en la radio, y por eso tengo una sección con unos amigos en MusArt Radio. Adoro la radio, algo que pensaba que no estaba hecho para mí. Aunque aún queda mucha práctica, y sobre todo, mucho entusiasmo por hacer lo que me gusta.

Ayer me puse delante de una cámara, y las sensaciones fueron diversas. La primera vez que lo hice salió mal, para que negarlo, pero la segunda me gusté mucho más y no estaba nada nervioso. Esos focos son de ayuda, claro está, pero a veces pueden llegar a nublarte la vista. Pero sobre todo, lo más difícil es saber que cara poner, que voz poner y qué pocos movimientos puedes hacer delante de la cámara. Noticias dificiles como la de "Caferino" o la de "Ficzone" me tocaron locutar al igual que el resto de mis compañeros, pero me sentí al final bien y con ganas de más.

Quizás he descubierto que a parte del cine, me gusta también el "periodismo" o la "locución", y eso es algo que me gusta, porque veo que conforme pasa el tiempo, voy descubriendo nuevas cosas, y eso para mí es VIDA.

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