viernes, 1 de noviembre de 2013

Halloween

  Es el día de los muertos, de los que descansan bajo tierra, de los que se fueron hace ya un tiempo, de los que fueron seres queridos... Y aún así, siguen estando presentes en nosotros. Me parece bastante demagogo ver a gente en los cementerios años tras año un uno de noviembre, asegurando que simplemente van ese día por tradición familiar.

  Tradición familiar de rememorar a los fallecidos un único día al año. ¿Esas personas que acuden en masa a llevar flores al ser querido, lo recordarán día tras día? ¿O simplemente es un ritual tradicional que se hace para quedar bien con los vecinos?

  Muchos viviréis en ciudades, pero yo, estando como he estado en mi pueblo en estas fechas, se claramente que en los pueblos pequeños esta tradición se extiende muchísimo por sus habitantes. Semanas antes comienzan los preparativos: los que viven todo el año allí van a limpiar la lapida, la acondicionan y la dejan preparada para la procesión del uno de noviembre.

  El uno de noviembre llegan los familiares de todas partes, con ramos enormes de flores, hacen una comilona digna de un uno de noviembre, y van todos en masa al cementerio a darles las plantas sin vida que han comprado. Unas plantas que según muchos simbolizan lo añorado que es el fallecido... Pero para mí, solo simbolizan una festividad que se ha vuelto comercializada al igual que puede serlo Navidades o San Valentín.

  En San VAlentín, triunfan los bombones; en Navidades, la industria juguetera; y en Todos los Santos, triunfan los viveros y floristerias. ¿A caso seré yo el único raro que piensa que tributar a una persona una vez al año es algo fuera de lugar? Este mismo caso ocurre con los ancianos de las residencias que reciben visitas una vez al mes, o un domingo si y otro no.

  Esto es ser un "quedobien", porque muchos - no quiero generalizar -, no acuden a recordar a un familiar. Acuden a quedar bien con el pueblo; con la sociedad. Y lo siento a aquellos que acudís por respeto a ese familiar. Mi intención no es quedar mal, sino dar mi opinión.

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