Emigrar para vivir...

Gran parte de la población andaluza, tiene abuelos, tios abuelos, o conocidos, que en los años 50 o 60, tuvieron que emigrar a Alemania, Francia, o al continente americano, en busca de oportunidades; oportunidades que no fueron fáciles de lograr, luchando en un país con un idioma desconocido, con unas condiciones de trabajo por debajo de lo salubre, y sobretodo, con una sensación de soledad que te embriaga el cuerpo. Ellos emigraron para vivir, para que sus hijos viviesen lo mejor posible; emigraron por ser felices.

Ahora nos habíamos acostumbrado a vivir en un país situado en la cabeza de la economía mundial, con puestos de trabajo a doquier, con una preparación satisfactoria, y con el orgullo de hablar español. La situación ha cambiado drásticamente. Es triste ver como en Alemania piden 60.000 puestos de enfermería, y en España, agradecidos tienen que estar los recien salidos de ese grado de la universidad.

Por eso, mucha gente ve ofertas de trabajo fuera de España, oportunidades para escapar de las listas de desempleo, que mes a mes, va engrosando nuevas personas. Oportunidades para tener un futuro asegurado, un futuro agradable, un futuro con salidas, un futuro trabajando para una vez jubilado, pensar que has hecho todo lo posible para pasarte unos años de retiro.

Y emigrar, en mi mente de momento no se concibe. Me pongo en el "pellejo" de los emigrantes jovenes que no superan los 25 años y pienso: ¿Qué sensación deben tener en un país desconocido, con un idioma la mayoría de las veces distinto al español, y con unas personas que no conoces para nada?. El ser humano tiene un sistema de estabilización enorme: si uno quiere, puede hacer una nueva vida, lo se. Pero para mí, emigrar es síntoma del desiquilibrio social y económico (también político en parte), que existe en España, y es síntoma de que si en otros países hay trabajo, aquí no hay por una dejadez total de los mandatarios del país.

Si eres un emigrante, me arrodillo a tus pies: eres un ejemplo a seguir.